ANALISIS
EL
TANDEM
La sociedad Marroquí puede aparecer como
una sociedad dividida según los planteamientos de algunos analistas
occidentales. La aparición de los grupos islamistas en la escena socio política
de marruecos no es casual ni fruto de una explosión social espontanea. Ante todo y de manera categórica estamos ante
una lucha por el poder. Las manifestaciones de Rabat y Casablanca son el reflejo de esta realidad no reconocida
pero que queda reflejada en los discursos oficiales y no oficiales. Si la
manifestación de Rabat tenía detrás el
apoyo y la organización de los grupos
progresistas marroquíes, la de Casablanca disponía de la plataforma y logística
de los islamistas que sean reconocidos por las autoridades o no.
¿Qué indicador nos hace inclinarnos
hacia la tesis de la lucha por el poder? Hay que recordar que las dos
manifestaciones venían precedidas por acontecimientos anteriores al proyecto de
la reforma de la Mudawana (la ley de la familia). La llamada a la manifestación y a la oposición al
proyecto fue encabezada y liderada por Nadia Yassin, hija del jeque Abdeslam
Yassin, opositor al régimen y pretendiente al califato. Como organización
ilegal, el grupo Yassin movilizo sus bases no por expresar su disconformidad
con la mudawana si no para enviar un mensaje al palacio y al gobierno
socialista, que estamos aquí y os superamos.
La participación femenina en ambos lados
fue la protagonista; nos preguntamos si nos olvidamos del velo o del pañuelo,
¿hay diferencias de fundo en el concepto
religiosos entre los dos campos?
La conclusión, no hay. El concepto está
fijado por el Corán y la sunna que ambos proclaman seguir y proteger. Ambos
acuden a la mezquita, hacen el Ramadán, la fiesta del cordero y acuden una vez
en la vida a la Meca. Todos se someten a la chahada y la unidad de dios.
La sociedad marroquí siempre ha
evolucionado de un modo ajeno a la politización de la religión, ambas formas de
acercarse a dios o de comunicar en la sociedad coexistían en armonía.
Encuentras en el ceno de una misma familia dos chicas una con pañuelo y otra
sin o un joven con barba y otro sin. Jamás las apariencias fueron un indicador
para marcar diferencia de creencia o de ideología.
La mujer bajo todas sus formas con que
se manifestaba en la sociedad marroquí, era un verdadero Tándem entre las
diferentes clases sociales y generaciones.
Si los manifestantes de Casablanca
acusaban a los de Rabat de ser pro Franceses o pro EUA, ¿entonces de dónde
sacan ellos la barba el velo o la manera de vestir de los hombres? ¿Pueden
asegurar que ellos son el verdadero reflejo de la cultura marroquí?
Las manifestaciones de marzo de 2000
vienen para dejar constar que hay una lucha feroz para el poder y la mudawana o
la situación de la mujer no es que un trampolín para marcar diferencias. En los
años 60 y 70 la lucha era directa entre el palacio y los partidos progresistas,
la maniobra política magistral y de gran inteligencia del difunto Hassan II,
hizo que el campo de batalla se traslada al campo de la religión, poniendo en
confrontación los islamistas y los progresistas. De manera oficial reconocen los dos, la
supremacía del rey como Amir el Mouminin.
Las gruñas de Abdeslam Yassin y
su pretensión de ser el enviado de dios
y que tiene más legitimidad que el rey, quedan en el olvido, de momento que la
facción islamista la justicia y desarrollo le ha dado la espalda para entrar en
el juego político.
Podemos cualificar las dos
manifestaciones como un termómetro de una sociedad en pleno cambio que sea bajo
la influencia occidental o oriental pero está cambiando, y este cambio
obligatoriamente tiene que pasar por la mejora de la situación de la mujer y
su igualdad con el género masculino. De
todas maneras los dos grupos están ante una prueba para demostrar a la sociedad
el grado de implicación de las mujeres que se manifestaron el marzo de 2000 en
Casablanca o en Rabat, para paliar el sufrimiento de millones de mujeres sobre
todo en el mundo rural.
Si nos fijamos por ejemplo en el
artículo III de la asociación nacional de la mujer creada en 1958, 60 años
antes, mencionaba el derecho de la mujer a participar en la sociedad como
esposa, madre y ciudadana. Igual que la constitución marroquí ponía el acento
sobre la familia y no al individuo como el núcleo y el fundamento de la
sociedad marroquí. Si una asociación pro
gubernamental reconoce los tres elementos (esposa, madre, ciudadana) bases del
derecho de la mujer, de quien surgirán otros derechos como el derecho al
empleo, la educación y la libre expresión. Los
que toman el asunto femenino como argumento para la confrontación
política y social están gravemente en el error.
Una pausa de reflexión deben hacer las
manifestantes de Casablanca, que sin la labor llevada por las autoridades desde
la independencia, no estarán ellas en las primeras filas de las reclamantes. La
mayoría de ellas son Licenciadas, con un nivel de estudios medio o alto,
creadas y educadas en seno de familias musulmanas marroquíes.
Una pregunta a estas mujeres: ¿consideráis vuestras madres menos
musulmanas y fieles que vosotras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario